viernes, 31 de agosto de 2012
sábado, 18 de agosto de 2012
Ser un malote
Me encanta la gente bondadosa que un día decide pensar sólo en sí misma y dejar de ser amable con los demás. "Es que me porto bien con la gente y la vida sólo me da palos" se excusan.
Pero no es tan fácil. La gente nace (o madura) como es, unos son buenos y otros malos. Ni a los buenos se les da bien ser unos cabrones ni viceversa. Y es que es así, es irrevocable.
¿De qué sirve ir de gilipollas por la vida? Da igual lo que consigas si lo has conseguido de esa forma. Y es que la felicidad no depende del supersueldo que tengas, ni de tus bienes materiales. Quien es bueno va a ser feliz siendo bueno.
Se pueden conseguir las cosas tanto por la fuerza como por el lado oscuro, si crees que el camino bueno no es lo tuyo seguramente habrá sido por un par de experiencias que has magnificado.
Pero no es tan fácil. La gente nace (o madura) como es, unos son buenos y otros malos. Ni a los buenos se les da bien ser unos cabrones ni viceversa. Y es que es así, es irrevocable.
¿De qué sirve ir de gilipollas por la vida? Da igual lo que consigas si lo has conseguido de esa forma. Y es que la felicidad no depende del supersueldo que tengas, ni de tus bienes materiales. Quien es bueno va a ser feliz siendo bueno.
Se pueden conseguir las cosas tanto por la fuerza como por el lado oscuro, si crees que el camino bueno no es lo tuyo seguramente habrá sido por un par de experiencias que has magnificado.
lunes, 13 de agosto de 2012
Cuento
Cuenta una historia que el joven rey de un imperio lejano se cayó un día de su caballo y se rompió las dos piernas. A pesar de disponer de los mejores médicos, ninguno consiguió devolverle la movilidad. No le quedó más remedio que caminar con muletas. Debido a su personalidad orgullosa, mandó publicar un decreto por el cual se obligaba a todos los habitantes a llevar muletas. Las pocas personas que se rebelaron fueron arrestadas y condenadas a muerte. Desde entonces, las madres enseñaron a sus hijos a caminar con muletas en cuanto comenzaban a dar sus primeros pasos.
Como el monarca tuvo una vida muy longeva, muchos habitantes desaparecieron llevándose consigo el recuerdo de los tiempos en que se andaba con sobre las dos piernas. Años más tarde, cuando el rey finalmente falleció, los ancianos que todavía seguían vivos intentaron abandonar sus muletas, pero sus huesos, frágiles y fatigados, se lo impidieron. A veces trataban de contarles a los más jóvenes que años atrás la gente solía caminar sin utilizar ningún soporte. Pero los chicos solían reírse de ellos.
Movido por la curiosidad, un día un joven intentó caminar por su propio pie, tal y como los ancianos le habían contado. Al caerse al suelo constantemente, pronto se convirtió en el hazmerreír de todo el reino. Sin embargo, poco a poco fue fortaleciendo sus entumecidas piernas, ganando agilidad y solidez, lo que le permitió dar varios pasos seguidos. Su conducta empezó a desagradar al resto de habitantes. Al verlo pasear, la gente dejó de dirigirle la palabra. Y el día que el joven comenzó a correr y saltar, nadie lo dudó; todos creyeron que se había desquiciado por completo. En aquel reino, donde todo el mundo sigue llevando una vida limitada con muletas, al joven se le recuerda como "el loco que caminaba sobre sus dos piernas".
EL PAÍS SEMANAL
Como el monarca tuvo una vida muy longeva, muchos habitantes desaparecieron llevándose consigo el recuerdo de los tiempos en que se andaba con sobre las dos piernas. Años más tarde, cuando el rey finalmente falleció, los ancianos que todavía seguían vivos intentaron abandonar sus muletas, pero sus huesos, frágiles y fatigados, se lo impidieron. A veces trataban de contarles a los más jóvenes que años atrás la gente solía caminar sin utilizar ningún soporte. Pero los chicos solían reírse de ellos.
Movido por la curiosidad, un día un joven intentó caminar por su propio pie, tal y como los ancianos le habían contado. Al caerse al suelo constantemente, pronto se convirtió en el hazmerreír de todo el reino. Sin embargo, poco a poco fue fortaleciendo sus entumecidas piernas, ganando agilidad y solidez, lo que le permitió dar varios pasos seguidos. Su conducta empezó a desagradar al resto de habitantes. Al verlo pasear, la gente dejó de dirigirle la palabra. Y el día que el joven comenzó a correr y saltar, nadie lo dudó; todos creyeron que se había desquiciado por completo. En aquel reino, donde todo el mundo sigue llevando una vida limitada con muletas, al joven se le recuerda como "el loco que caminaba sobre sus dos piernas".
EL PAÍS SEMANAL
jueves, 2 de agosto de 2012
Crecer
Crecer es un gran reto. Esta afirmación puede tratarse desde distintas perspectivas, pero de la que yo hablo tiene que ver con la curiosidad.
Últimamente me estoy dando cuenta de que estoy perdiendo facilidad para asombrarme o para disfrutar algo. Mientras más vemos, leemos, escuchamos y vivimos mejor y peor para nosotros. Cuando te pasa esto te das cuenta realmente de lo ingeniosos que son los artistas, tanto veteranos como novatos. Son capaces de destacar sobre los demás y de dejarte con la boca abierta, tengas la edad que tengas.
Y es que en general a la par que crecemos vamos perdiendo ese entusiasmo y esa alegría, si no fijaos en los ancianos y en la cara de indiferencia y asco que es normal ver en la tercera edad.
El mundo lo mueve la curiosidad.
Últimamente me estoy dando cuenta de que estoy perdiendo facilidad para asombrarme o para disfrutar algo. Mientras más vemos, leemos, escuchamos y vivimos mejor y peor para nosotros. Cuando te pasa esto te das cuenta realmente de lo ingeniosos que son los artistas, tanto veteranos como novatos. Son capaces de destacar sobre los demás y de dejarte con la boca abierta, tengas la edad que tengas.
Y es que en general a la par que crecemos vamos perdiendo ese entusiasmo y esa alegría, si no fijaos en los ancianos y en la cara de indiferencia y asco que es normal ver en la tercera edad.
El mundo lo mueve la curiosidad.
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