Me encanta la gente bondadosa que un día decide pensar sólo en sí misma y dejar de ser amable con los demás. "Es que me porto bien con la gente y la vida sólo me da palos" se excusan.
Pero no es tan fácil. La gente nace (o madura) como es, unos son buenos y otros malos. Ni a los buenos se les da bien ser unos cabrones ni viceversa. Y es que es así, es irrevocable.
¿De qué sirve ir de gilipollas por la vida? Da igual lo que consigas si lo has conseguido de esa forma. Y es que la felicidad no depende del supersueldo que tengas, ni de tus bienes materiales. Quien es bueno va a ser feliz siendo bueno.
Se pueden conseguir las cosas tanto por la fuerza como por el lado oscuro, si crees que el camino bueno no es lo tuyo seguramente habrá sido por un par de experiencias que has magnificado.
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